Ella estaba sentada en una silla alta, ante un plato de sopa que le llegaba a la altura de los ojos. Tenía la nariz fruncida y los dientes apretados y los brazos cruzados. La madre pidió auxilio:
Cuéntale un cuento, Onelio - pidió-Cuéntale tú que eres escritor. Y Onelio Jorge Cardoso, esgrimiendo una cucharada de sopa, comenzó su relato:
- Habia una vez una pajarita que no quería comer la comidita. La pajarita tenía el piquito cerradito, cerradito y la mamita le decía: "te vas a quedar enanita, pajarita, si no comes la comidita." Pero la pajarita no hacía caso a la mamita y no abria su piquito...
2 comentarios:
Un beso y te deseo lo mejor en esta tu nueva expericiencia.Te leere asi q no dejes de sorprenderme. Anvi.
EL ARTE PARA LOS LOCOS BAJITOS
Ella estaba sentada en una silla alta, ante un plato de sopa que le llegaba a la altura de los ojos. Tenía la nariz fruncida y los dientes apretados y los brazos cruzados. La madre pidió auxilio:
Cuéntale un cuento, Onelio - pidió-Cuéntale tú que eres escritor.
Y Onelio Jorge Cardoso, esgrimiendo una cucharada de sopa, comenzó su relato:
- Habia una vez una pajarita que no quería comer la comidita. La pajarita tenía el piquito cerradito, cerradito y la mamita le decía: "te vas a quedar enanita, pajarita, si no comes la comidita." Pero la pajarita no hacía caso a la mamita y no abria su piquito...
Y entonces la niña lo interrumpió:
- qué pajarita de mierdita, opinó
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